jueves, 18 de febrero de 2010

Treintaytantos

Hace tiempo leí una entrevista a Leonor Watling (creo) en la que comparaba la entrada en la treintena con esa hora extraña, al amanecer, en la que por la calle te vas cruzando tanto con gente que vuelve a casa después de toda la noche de fiesta, como con los que, trajeados y encorbatados, salen de casa para ir a trabajar.

Yo tengo 33 años y observando a mis amigos, me doy cuenta de lo buena que es la comparación. Los hay de todos los colores: desde los que siguen viviendo como cuando teníamos 20 años, en la casa de sus padres, intentando eludir cualquier tipo de responsabilidad y saliendo de fiesta noche tras noche con dos objetivos muy simples: 1 - pillar; 2 - emborracharse (no necesariamente en ese orden), hasta los que están embarazados de su tercer churumbel, se han hecho socios de un club de golf y se ofenden cuando los camareros en los restaurantes no les tratan de usted.

Y entre un extremo y otro, estoy yo. Justo en el medio.

Yo tengo pareja estable y vivimos juntos, pero no tengo en mente procrear por el momento, en mi cajón de los cubiertos no hay palas de pescado ni pinzas para marisco, tengo un puesto de responsabilidad en una multinacional, viajo siempre con amigas (sin mi pareja) y vamos con el macuto al hombro a albergues de mochileros, no me gusta que me traten de usted, vivo de alquiler, pero ahorro todos los meses la mitad de mi sueldo para poder comprar mi propio piso antes de los 35, y sí, de vez en cuando también salgo de fiesta y me pongo hasta las cejas de "dycochocolas".
Lo malo es que acompañándome en la "mediocridad" cada vez quedan menos y empiezo a sentirme un bicho raro, sin demasiado en común con la gente que me rodea.
Quizás ha llegado el momento de dar un paso más hacia la edad adulta... pero cada vez que lo pienso me da una pereza terrible.
¿Será que el truco es no pensarlo demasiado?

11 comentarios:

  1. Si algo he aprendido en los últimos años es que ese obligado camino hacia la edad adulta es en realidad voluntario. Se puede vivir, y no ser un bicho raro, escogiendo qué responsabilidades quieres tomar. No es fácil, obvio. Pero se puede. Doy fe de ello, aunque tenga menos de 33. ;)

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  2. Pues yo cada vez estoy más convencida de que es de esas cosas a las que hay que lanzarse sin pensarlo demasiado, cerrar los ojos y tirarse al vacío.
    Obviamente creo que hay que tener claras ciertas bases para poder hacer esto, pero partiendo de ahí, para según qué lo mejor es no darle demasiadas vueltas.
    Te pongo como ejemplo el tema de los niños. Yo estoy convencida de que mi pareja es la persona con la que quiero estar (puntualizo: con la que quiero estar hoy, no creo en eso de "para toda la vida") y con la que me gustaría formar una familia. Pero luego me pongo a pensar en todas las cosas de mi vida que tendré que sacrificar el día que tenga críos, y me entra el canguelo.
    Si lo pienso bien, sé que son gilipolleces (salir de copas, viajar con mis amigas, permitirme el lujo de no planificar nada en mi vida, sentir que nada ni nadie me ata demasiado...) y que al final ahora no soy tan libre como creo, ni luego seré una esclava de los pañales y los biberones eternamente. Pero bueno, gilipollas o no, ahí sigo dándole vueltas. Y mientras le doy vueltas, se me va pasando el arroz, como dice mi madre.

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  3. No me parecen gilipolleces. No serías esclava eternamente, pero para cuando tu hij@ sea autosuficiente y no precise niñer@, tú ya tendrás casi 50. No pienses en arroz... con la de platos que tiene la gastronomía española. :)

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  4. Jajaja... voy a pedir cita ahora mismo para una ligadura de trompas ;o)

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  5. Y cuando vuelvas del/de la ginecólog@, nos dejas otro post. :P

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  6. Pues sigue así, me encantas.

    Y yo, y es en serio, tengo pedida esa cita que tú dices.

    Nunca fue de mi gusto procrear, y ahora con 42 cada vez menos. Y quiero seguir viviendo. Sin expectativas de "pillar por pillar", pero viviendo...

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  7. Yo creo que debe ser una transición progresiva. Tienen que darse los factores. Yo, sinceramente, me doy cuenta de que voy dejando cosas progresivamente, ya no salgo tanto o hasta tan tarde, etc... pero también me doy cuenta de que me quedan muchas cosas por hacer antes de llegar a ese punto.

    Quizás ese sea el factor, cuando creas que ya has conseguido el objetivo, cuando te sientas realizada y plena, entonces querrás tener un hijo. O no, yo que se...

    Saludos.

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  8. ESTA ME ENCANTO. TENGO 32 Y ME SIENTO PARTE JA JA

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  9. No tengas un hijo mientras no te mueras de ganas de tenerlo, que sea lo que más te apetece en el mundo, no lo que toca.Hoy en día puedes esperar hasta los cuarenta.

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