jueves, 14 de octubre de 2010

Proyecto LOST


Inspirada por el grandísimo Alberto Rey la semana pasada empecé mi Proyecto LOST particular. El objetivo es acabar las seis temporadas de la serie antes de que acabe el año... y a ser posible, sin sufrir daños cerebrales.

He de confesar que no es la primera vez que lo intento con esta serie. La primera vez no conseguí llegar al capítulo 5, no me enteraba de nada y me aburrí en seguida. Pero esta vez es diferente porque el Niño me está acompañando: me patea el bazo para despertarme cuando me quedo frita en el sofá, me deja darle al stop y rebobinar cuando necesito ver la repetición de la jugada (lo cual ocurre una media de 6 veces por capítulo) y... atención a esto... agarra un boli y un papel y me hace un mapa cuando ni rebobinando consigo enterarme.

Hasta ahora hemos visto 15 episodios de la primera temporada y entre flashbacks y flasforwards tengo ya un follón considerable. En cada capítulo se abren incógnitas nuevas y no se cierra ninguna de las anteriores, y yo no sé si aguantaré hasta la sexta temporada para descubrir qué leches pinta un oso polar en la selva tropical, pero bueno, de momento la serie me sigue entreteniendo, que es de lo que se trata.

Así que este fin de semana, segundo atracón de LOST. Os iré contando cómo avanza el Proyecto.

martes, 5 de octubre de 2010

Sueños

Esta noche he soñado con J.

He venido pensando en él durante todo el camino de casa al trabajo y cuando al llegar a la oficina he encendido el ordenador, he visto que tenía un mensaje suyo en la bandeja de entrada. Hacía meses que no daba señales de vida y precisamente hoy, ha aparecido para escribirme esto:

"Hoy es el peor día de mi vida".

Ni siquiera le he contestado. Quizá si no tuviera esta resaca que tengo habría vencido la pereza infinita que me da volverme a enfrascar con él en una conversación sobre lo infeliz que es, pero me va a estallar la cabeza y no encuentro la fuerza para hacerlo.

Hoy no tengo ganas de escucharle lamentarse porque su mujer le pone los cuernos, no quiero tener que morderme la lengua para no recordarle que él casi se pierde el nacimiento de su hijo porque estaba follando conmigo cuando ella se puso de parto, no quiero que me diga que me echa de menos, ni quiero volver a repetirle que yo no le echo de menos a él, ni siquiera un poquito.

Lo siento, J, pero es que hoy tengo un mal día.